Me han contado que aprendices como yo, por no tener claro
cómo afrontar una clase, se ven a sí mismos imitando a antiguos “malos “profesores.¡Qué paradójico resulta que te acabes convirtiendo en aquello que tiempo atrás
criticabas y ridiculizabas!
Espero de todo corazón que eso no me ocurra nunca y
si me ocurriese, por favor que alguien me avise y me haga entrar en razón.
Para curarme en salud, he rescatado un libro muy sabio,no
os dejéis engañar por el título:Voy a
pasar lista por orden cronológico y otros disparates de los profesores.Recoge pequeñas, pero “grandes” píldoras
de profesores, recogidas nada más y nada menos que por sus propios alumnos, que
para vergüenza de los primeros no han caído en el olvido.
Esta obra de Javier Serrano y Miguel Villarejo aborda con sentido del humor los desafortunados comentarios
que en ocasiones el alumno debe soportar
a su educador, esperemos que sean los menos posibles.
Mi recomendación es que lo leáis de vez en cuando y si lo queréis
disfrutar más, mejor abrirlo al azar y dejaros llevar.
Os echareis unas risas a la vez que tenéis presente lo que
no se debe hacer.
Un par de ejemplos para abrir boca
“¿Me pregunta que si sirve la filosofía para curar la agresividad? La agresividad no, pero, ¡ánimo!, la estupidez sí”.
“Está bien, voy a explicarlo de otra manera: los diptongos y los hiatos son como matrimonios: al principio se quieren mucho y son diptongos; luego se separan y va cada uno por su lado, y entonces son hiatos. Mejor dicho: un hiato es un diptongo que se divorció”.
Un par de ejemplos para abrir boca
“¿Me pregunta que si sirve la filosofía para curar la agresividad? La agresividad no, pero, ¡ánimo!, la estupidez sí”.
“Está bien, voy a explicarlo de otra manera: los diptongos y los hiatos son como matrimonios: al principio se quieren mucho y son diptongos; luego se separan y va cada uno por su lado, y entonces son hiatos. Mejor dicho: un hiato es un diptongo que se divorció”.
1 comentarios:
Hola Bea, la verdad que tienes razón que para ser profesor tienes que tener vocación e ilusión por enseñar e innovar!!
Una de las anécdotas que recuerdo en mi primer año de carrera fue cuando el profesor no realizó una pregunta digamos sorprendente y ante el silencio nos dijo: "me parece correcta vuestra postura, es mejor permanecer callado y parecer tonto.. que hablar y demostrarlo"
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